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Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria en Roma (16-18 de noviembre)

La producción de biodiesel aumenta el hambre en le mundo - 120 millones de Indígenas amenazados por las nuevas plantaciones

Bolzano/Bozen, Göttingen, 11 de noviembre de 2009

Carestía en Etiopía. Foto: subcomandanta @ flickr.com. Carestía en Etiopía. Foto: subcomandanta @ flickr.com.

En ocasión de la próxima cumbre sobre la seguridad alimentaria en Roma, la Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) quiere recordar los graves peligros que vienen del incremento de la producción de biodiesel. Al rededor de 120 millones de personas en Asia, África y Sudamérica están amenazadas de hambre y de la completa pérdida de su base existencial a causa de los muchos proyectos para nuevas plantaciones destinadas al cultivo intensivo de plantas aptas a la producción de biodiesel.

Durante la cumbre de Roma presidentes de estados de todo el mundo debatirán sobre posibles programas de ayuda contra el hambre. La APA pide con fuerza una moratoria para todos los mega-proyectos para el incremento de la producción de biodiesel y la expansión de la plantaciones.

Durante cienes de años los pueblos indígenas han logrado sobrevivir a los cambios impuestos por la civilización occidental adaptándose a cada vez nuevas condiciones de vida, sin embargo lo que se pide ahora a los pueblos nativos de todo el mundo es demasiado: la venta sin reglas de tierras cada vez más amplias a empresas extranjeras y la deforestación salvaje privan a los pueblos indígenas de su casa y tierra, de su identidad y de su base existencial y les pone en condiciones de hambre. Lo que no se canceló con cienes de años de colonialismo se está destruyendo ahora en poco años.

Solamente en Indonesia las personas amenazadas por el biodiesel son 45 millones. En el país asiático cada año se destruyen 2 millones de hectáreas de bosques y desde el 2004 hasta hoy diez millones de hectáreas de bosque fueron sacrificadas a las plantaciones para el biodiesel. La situación quizás más grave es la de los 300 pueblos indígenas de la Papúa occidental donde el estado de Indonesia ha arrendado millares de hectáreas de terrenos a empresas extranjeras y locales. El macizo utilizo de pesticidas y el fuerte consumo de agua en las plantaciones reducen de manera significativa la posibilidad de una agricultura para fines alimentares en las cercanías de las plantaciones. En la isla de Kalimantan (Borneo) tres millones de hectáreas de bosque han sido destruidas para la nuevas plantaciones aunque hasta hoy los cultivos intensivos de palma de aceite ocupan sólo 300.000 hectáreas. En la cercana provincia malaya de Sarawak las poblaciones indígenas se oponen desde hace años a la tala salvaje de los bosques. En agosto de 2009 el gobierno comenzó con arrestar a varios líderes indígenas.

A pesar de que la población birmana sufra con cierta regularidad de periodos de carestía, la junta militar birmana ha decidido que cada provincia del país tiene que poner a disposición por lo menos 202.000 hectáreas de terrenos para la creación de plantaciones intensivas de Jatropha, planta destinada a la producción de biodiesel. La situación no cambio en lo sustancial en Camboya, Laos e India. Según los planes del gobierno, hasta el año 2012 India debería destinar por lo menos un millón de hectáreas al cultivo intensivo de Jatropha. Estos proyectos afectarán también a áreas del país que han sufrido graves carestías como el estado de Mizoram.

Etiopía piensa llegar hasta el año 2011 a poner a disposición de empresas extranjeras y locales al rededor de tres millones de hectáreas para la creación de grandes plantaciones. Las víctimas serán los nomades Afar y los campesinos Oromo. Los pueblos indígenas de Kenya, Tanzania y Uganda tienen que enfrentarse a las mismas amenazas, tal como los pueblos sudamericanos, donde parece que los pueblos originarios en Colombia viven una situación de particular dificultad.