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Brasil: indígenas retienen a ingenieros

APA está preocupada por la posible escalación del conflicto por Belo Monte

Bolzano/Bozen, Göttingen, 26 de julio 2012

Arikafu Xipaia. Foto: Thomas Miller - Archivo Cimi Xingu. Arikafu Xipaia. Foto: Thomas Miller - Archivo Cimi Xingu.

Tras el secuestro de tres ingenieros del consorcio Norte Energía S.A. (NESA) por varios líderes indígenas de los pueblos Juruna y Arara, la Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) está muy preocupada por un posible agravamiento del conflicto causado por el proyecto de Belo Monte en el río Xingú. Los pueblos indígenas de la región ya sufren las consecuencias de los primeros trabajos de construcción y que en realidad no hubieran podido ser efectuados. Las presas provisorias ya construidas han bloqueado el acceso fluvial a la ciudad de Altamira la cual es el más cercano centro sanitario, escolar y de comercio para las comunidades que viven en las riberas del río. Además las presas provisorias han causado un empeoramiento de la calidad de las aguas con serias repercusiones para la pesca que es la fuente principal de alimento de las comunidades. Mientras que las empresas y las autoridades no tomará en consideración las protestas y las demandas de las comunidades indígenas , las acciones de protesta irá aumentando. En junio de 2012, hace un mes solamente, un grupo de 300 personas de nueve diferentes comunidades ocuparon el sitio de Belo Monte para tres semanas.

Los tres ingenieros de NESA fueron retenidos hace dos días en el pueblo de Muratu donde se encontraban para tratar el acceso a las vías fluviales hacia Altamira. A pesar de que el mega-proyecto no respete por lo menos 40 condiciones de ley y a pesar de que aún no hayan terminado todos los procedimiento judiciales presentados por los opositores de Belo Monte, los trabajos de construcción comenzaron ya en marzo 2011. Las comunidades indígenas y no-indígenas están muy decepcionadas por la no-aplicación de las leyes y piden que el proyecto respete todas las condiciones puestas por ley, entre las cuales figuran también la salvaguardia de la calidad del agua y delas condiciones higienico-sanitarias, la protección de los territorios indígenas y de la biodiversidad.

El gobierno brasileño parece querer realizar el proyecto a todo costo y justamente las modalidades usadas le comportaron fuertes críticas por parte de la Organización Mundial del Trabajo, cuyo Convenio OIT 169 Brasil está violando a pesar de haberlo ratificado, y por parte de la Comisión para los Derechos Humanos de los Estados Americanos. Solamente el día antes del secuestro de los ingenieros la fiscalía del estado federal de Pará había pedido una nueva suspensión de los trabajos.

Con una capacidad máxima de 11.000 MW (por un promedio anual de 4.428 MW) la central hidroeléctrica de Belo Monte llegaría a ser la tercera central más grande al mundo. Al rededor de 14.000 personas de varias comunidades indígenas sufrirán las consecuencias directas y por lo menos 20.000 personas deberán ser trasladadas.