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Brasil: el presidente Lula autoriza la construcción de la represa de Belo Monte en el río Xingú

Los pueblos indígenas y las asociaciones para el medio ambiente luchan para la supervivencia de un ambiente único

Bolzano/Bozen, 31 de agosto 2010

Entre el 25 y 27 de agosto unos 600 representantes de pueblos indígenas y de asociaciones para el medio ambiente y para la defensa de los derechos humanos se reunieron en la ciudad de Itaituba en el estado brasileño del Pará para el Primer Encuentro de los Pueblos y las Comunidades afectadas y amenazadas por los grandes proyectos. Al termino de este encuentro, el 27 de agosto, lamentablemente llegó la noticia de que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva había firmado la autorización definitiva para la construcción de la presa de Belo Monte en el río Xingú.

La construcción de la presa, del embalse y de la central hidroeléctrica amenaza la base existencial y la vida de miles de personas, en su mayoría indígenas y pequeños agricultores. Otra vez más el gobierno brasileño no se ha preocupado de consultarse debidamente con los pueblos y las personas directamente afectadas con este proyecto y de esta manera ha violado la misma constitución brasileña y la Convención Internacional ILO 169 ratificada por Brasil en 2002.

En las intenciones del proyecto, la central hidroeléctrica de Belo Monte deberá ser la tercera más grande del mundo, tendrá un costo de unos 20mil millones de dólares y según las asociaciones para el medio ambiente es inútil. Un estudio de WWF Brasil muestra que buenas inversiones para el saneamiento de la obsoleta red energética brasileña comportarían un ahorro de energía del 40%, lo que equivale a la producción energética de 14 centrales como la Belo Monte. Tampoco convence la argumentación del gobierno que la central de Belo Monte producirá energía para 23 millones de casas y más bien todo deja entender que los consumidores principales serán las viejas y futuras plantas para la elaboración del aluminio. El proyecto fue aprobado a pesar de las evidentes irregularidades y faltas en el estudio de impacto ambiental y a pesar de las observaciones de varios expertos, entre los cuales Walter Coronado Antunes, ingeniero y ex-secretario para el ambiente del estado de São Paulo, según el cual el proyecto de Belo Monte presenta muchos errores.

La construcción de la presa y de la central hidroeléctrica requiere la inundación de extensas áreas, y de parte de la ciudad de Altamira y el desecamiento de partes del río Xingú. Al rededor de 12.000 personas, en mayoría indígenas y pequeños agricultores, más los miles de residentes de los barrios afectados de Altamira, tendrán que dejar su tierra y su casa. El futuro de estas personas sigue siendo incierto. Aparte las promesas vagas de indemnización, mejores escuelas y servicios sanitarios y de "mayor seguridad territorial" no hay ningún proyecto compartido con las personas afectadas capaz de asegurarles una alternativa digna y seria.

Según científicos brasileños la construcción de la presa de Belo Monte llevará a consecuencias devastadoras. Todo el ecosistema de la selva está a riesgo de destrucción por unos 100 km de ribera, al rededor de 100 especies de peces de agua dulce están a riesgo de extinción mientras no es posible calcular los daños para la población de reptiles, anfibios, aves e insectos: Para los pueblos indígenas y los residentes de la zona esto significa una reducción drástica del pescado, del cual depende su supervivencia.

La Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) apoya a los pueblos indígenas como a los Kayapó, Arara, Juruna, Araweté, Xikrin, Asurini, Parakanã, Tupa y otros más en su larga lucha para la protección del medio ambiente y para la misma supervivencia de sus culturas y tradiciones.

Firme la petición contra la presa de Belo Monte en: http://salsa.democracyinaction.org/o/2486/action/StopBeloMonteDam