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Brasil / Belo Monte

Indígenas en aislamiento voluntario amenazados por autorización parcial

Bolzano/Bozen, Göttingen, 27 de enero 2011

Alto Xingu, Yawalapiti, 2010. Foto © Rebecca Sommer. Alto Xingu, Yawalapiti, 2010. Foto © Rebecca Sommer.

La Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) está consternada por la decisión del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (IBAMA) de otorgar una autorización parcial para empezar los trabajos alrededor de la mega-represa de Belo Monte en el río Xingú. Según la APA ésta decisión equivale a una sentencia de muerte para un pequeño pueblo indígena que vive en aislamiento voluntario justo en la zona del proyecto del Belo Monte. La autorización parcial otorgada permite al Consorcio de empresas del proyecto de Belo Monte Norte Energía (ENERSA) empezar con la tala de árboles para la construcción de una carretera de acceso. Esto a pesar de que ENDERSA no cumple con requisitos sociales y ambientales necesarios y a pesar de que la ley ambiental brasileña non prevé la posibilidad de autorizaciones parciales.

Las investigaciones hechas en Brasil en otoño 2010 por la colaboradora de la APA Rebecca Sommer demuestran las graves amenazas que el proyecto de Belo Monte comporta para los pueblos indígenas que viven a lo largo del río Xingú y en particular para el pueblo indígena aún desconocido en aislamiento voluntario. Con al esperanza de poder parar el mega-proyecto, la APA - junto a la organización etno-ambiental Kaninde y a otras 11 organizaciones no-gubernamentales, ha entregado una acusatoria colectiva a la fiscalía federal (Ministerio Publico Federal) de Pará.

La inesperada autorización otorgada por IBAMA llegó tras la renuncia a su cargo del presidente de IBAMA Abelardo Bayma Azevedo del pasado 13 de enero. Bayma Azevedo, quien mantenía una posición crítica sobre el proyecto de la hidroeléctrica, al final se rindió a las fuertes presiones ejercitadas por el ministerio de minería y energía y por la presidente brasileña Dilma Rousseff.

En violación de los acuerdos internacionales firmados y ratificados por Brasil, cual el Convenio OIT 169 y la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, las comunidades originarias aún no han recibido informaciones exactas y completas sobre las consecuencias directas e indirectas de Belo Monte ni han sido consultadas a propósito.

La construcción de la presa y de la central hidroeléctrica requiere la inundación de extensas áreas. Al rededor de 20.000 Indígenas perderán sus tradicionales bases existenciales.,

Los estudios geológicos del área muestran la presencia de ricos yacimientos minerales en la región y machas empresas ya pidieron autorización para la explorar el área. Según los mapas del estudio de impacto medioambiental redactado por la empresa energética estatal Eletrobras, el área para el cual hay pedidos de autorización a la exploración ya cubre más del 63% del territorio de las reservas indígenas. En este caso las comunidades indígenas tampoco fueron informadas ni las autoridades pidieron el permiso para la explotación de recursos naturales en su territorio.